“Seis
hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante.
Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto. El primero en llegar
junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como
una pared». El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo,
redondo y liso que el elefante es como una lanza». El tercero tocó la trompa
retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente». El
cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro,
el elefante, es como un árbol». El quinto, que casualmente tocó una oreja,
exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es
como un abanico». El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es
muy parecido a una soga». Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno
excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en
lo cierto, estaban todos equivocados.”
¡Todas las religiones "tocan" a Dios pero cada una toca y habla acerca una parte!
(Esta historieta la contó Juan Pablo II)
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